Algunas veces vivo y otras veces la vida se me va con lo que escribo; algunas veces busco un adjetivo inspirado y posesivo que te arañe el corazón; luego arrojo mi mensaje, se lo lleva de equipaje una botella…, al mar de tu incomprensión.
Entre el tedio y la pasión, el instinto y la razón, entre la perseverancia y la cruel resignación, de esa magia que no los va a dejar ser dos amantes del montón.