Si el cielo al que miramos se tambaleara y cayera, o la montaña se derrumbara dentro del mar no lloraré, no lloraré no. No derramaré ni una lágrima siempre y cuando estes estes a mi lado.
Entre el tedio y la pasión, el instinto y la razón, entre la perseverancia y la cruel resignación, de esa magia que no los va a dejar ser dos amantes del montón.